miércoles, 3 de octubre de 2007

Obsesionado



Dos monjes viajeros llegaron a un río donde encontraron a una joven mujer. Preocupada por la corriente, preguntó si la podían llevar al otro lado. Uno de los monjes dudó, pero el otro la levantó rápidamente sobre sus hombros, la llevó al otro lado del río, y la dejó en la orilla. Ella le dio las gracias y se alejó.
Cuando los monjes continuaron su camino, el primero estaba meditabundo y cabizbajo. Incapaz de mantenerse en silencio, habló. "¡Hermano, nuestro guía espiritual nos enseña a evitar cualquier contacto con mujeres, pero tu levantaste a aquella y la llevaste!"
"Hermano," replicó el segundo monje, "Yo la dejé del otro lado del río, mientras que tu todavía la estás cargando."


Pensá cuantas veces a vos te pasa como a ese monje...